Uno es un club inglés multimillonario y el otro un modesto del fútbol. El primero soñaba con el máximo torneo continental tras unas eliminatorias de pesadilla y el segundo lo hacía con codearse con los clubes de la división de plata. Tan distintos, el destino ha querido sin embargo que los caminos del Chelsea y el Mirandés llegarán a un mismo punto, el de penalti, con apenas siete días de diferencia antes de alcanzar la gloria.
No habrá 'Clásico' en la final de la Liga de Campeones, al menos esta temporada. El Barcelona se llevó el segundo varapalo importante de la temporada en apenas cuatro días tras caer eliminado ante el Chelsea. Los azulgranas tuvieron todo de cara con un 2-0 al filo del descanso, pero el gol de Ramires en el tiempo añadido de ese primer acto cambió todo el decorado. Messi falló un penalti, el tercer gol no llegaba y para colmo Fernando Torres amplió su lista de tantos importantes batiendo a Víctor Valdés.
El Schalke 04 puso punto y final a la andadura del Valencia en la presente edición de la Liga de Campeones. Se podría hablar del trabajo de Raúl, del salto cualitativo que ha dado Farfán en los últimos años o del gran guardameta que es Manuel Neuer. Sin embargo, si hay un jugador que se destapó en el encuentro del Veltins Arena ese es Mario Gavranovic.
La historia de este joven delantero nacido en Lugano es la de otros muchos como Ivan Rakitic: unos padres que emigran de la zona de los Bálcanes a finales de la década de los 80, cuando el clima político se encamina hacia el desastre de la guerra. Suiza, destino habitual de muchos europeos que buscaban ganarse la vida lejos de su tierra, fue el refugio de la familia Gavranovic.
En el país helvético, el joven Mario Gavranovic empieza a ganarse la vida en el modesto AS Vezia, un club de la región de Lugano, antes de dar otros pasos en el Team Ticino, conjunto que ejerce de filial del gran equipo de la zona, un FC Lugano donde se formó en su día Ottmar Hitzfield y cuya mejor época ya pasó.
Como al gran Hitzfield, a Gavranovic le esperaba un gran futuro en la vecina Alemania. Su trayectoria en Lugano, Yverdon-Sport y Neuchatel dejó una sensación clara: se trataba de un delantero joven, con trabajo y garra y que en todas y cada una de sus temporadas en Suiza había firmado la misma cantidad de goles, ocho. Ese dato, nada extraordinario, hizo que pasara desapercibido para la mayoría de ojeadores europeos, excepto para un Schalke que estos últimos años está teniendo muy buen ojo fichando a jugadores jóvenes como Moravek o Lewis Holtby.
Con la llegada a Alemania, los números de Gavranovic se dispararon: logró dos goles en cinco partidos con el equipo reserva de Gelsenkirchen. Felix Magath no lo dudó y le dio la oportunidad en el primer equipo. Con sólo cinco partidos en la Bundesliga, este internacional suizo sub-21 (aunque todavía puede decidir si juega por Croacia) se dio a conocer al gran público en el mejor escenario y ante su afición. Anotó el segundo gol de su equipo y estuvo a punto de hacer otro con una magnífica vaselina que se estrelló en el larguero. Su movilidad y capacidad de lucha fueron una constante en todo el encuentro. David Navarro y Ricardo Costa no olvidarán fácilmente su nombre, difícil de pronunciar pero sinónimo de fútbol: Mario Gavranovic.
Robin Van Persie sí estará en el decisivo Barcelona-Arsenal que se jugará mañana en el Camp Nou. El holandés ha entrado en la lista de 19 convocados que ha elaborado Arsene Wenger, a pesar de que en un principio se había especulado con su ausencia a causa de la lesión sufrida en la final de la Carling Cup.
El entrenador de los 'gunners' deberá dejar fuera de la lista a un jugador, por lo que pudiera suceder que finalmente Van Persie no se vistiera de corto. Sin embargo, el internacional holandés ha estado entrenando con el grupo este mismo lunes.
Lo cierto es que esta estrategia de Wenger no debería pillar muy por sorpresa al Barça. En repetidas ocasiones, los servicios médicos culés han estipulado unos plazos de recuperación que en la mayoría de los casos se han acortado gracias a unos tratamientos innovadores. Pedro, Puyol o Xavi ya han sido testigos directos de estos 'milagros'.
Todo vale a pocas horas de que se juegue uno de los partidos más decisivos de la temporada. De momento, Wenger parece haber mandado un mensaje claro al Barça: "vamos con Van Persie, es una final". Ya veremos si la recuperación del holandés es un hecho o simplemente un órdago de su entrenador a esta batalla psicológica que se está librando en las horas previas al Barça-Arsenal.
Esta película ya la he visto antes. Eso será lo que piensen muchos aficionados al fútbol cuando lean el análisis de este post. Pese a todo, creía conveniente pararme a pensar en una situación que creo que refleja a la perfección la decadencia que vive el 'Calcio'. Los tres equipos italianos que quedan vivos en la Champions League han caído en los partidos de ida de la Liga de Campeones y los tres lo han hecho como locales.
Excluyendo el título del año pasado del Inter, en las dos campañas anteriores el papel de los conjuntos transalpinos ha sido mediocre. Ni en la 2007-2008 ni en la 2008-2009 hubo siquiera un representante italiano en las semifinales del máximo torneo continental. Y este año las cosas no parecen ir mucho mejor. La Sampdoria fue eliminada en la fase previa; el Milan se vio superado por el Madrid en la fase de grupos, al Inter le pasó lo mismo ante el Tottenham y la Roma no pudo hacer frente al Bayern.
Ahora, con un pie fuera, el panorama en la Europa League también invita a reflexionar sobre el momento que viven los equipos del 'Calcio'. En la segunda competición continental, Palermo, Juventus y Sampdoria quedaron eliminados en la fase de grupos, mientras que el Nápoles se juega el todo por el todo ante el Villarreal este mismo jueves. Una situación casi dramática para un país con tanta tradición.
Las razones podrían ser muchas y variadas, aunque desde algunos sectores se apuntan a dos aspectos fundamentales. Por un lado, la autocomplacencia de un campeonato como la Serie A cuyo nivel técnico y táctico ha bajado en los últimos años. Si se toma las competiciones europeas como vara de medir, se observa que el Milan, líder destacado del Calcio, no ha podido esta temporada con los equipos grandes europeos a los que se ha medido.
Por otro lado, sea por falta de dinero o de atractivo, las grandes estrellas ya no se marchan al país de la bota. Sólo algunos jugadores en clara cuesta abajo deciden aventurarse en la Serie A. Jóvenes como Pastore, Cavani, Lavezzi o Krasic, son un oasis en el desierto. Valga para muestra dos fichajes: el de Ronaldinho y el de Adriano, cuyo regreso a Roma esta semana ha sido noticia por su estado físico.
Sin embargo, la historia dice que el fútbol italiano está muy acostumbrado a vivir en el alambre. Puede que al final algún equipo se alce esta temporada con un título europeo y convierta este post en papel mojado, pero la lógica dicta que los responsables de los clubes y la Serie A deben sentarse para encontrar el mal que está afectando a los equipos de un país donde el fútbol es algo más que un deporte.
Ha sido, hasta la fecha, la gran imagen de los partidos de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. Gennaro Gattuso, fuera de sí y con la camiseta en la mano, propina un cabezazo al segundo de a bordo de Harry Redknapp, Joe Jordan, quien curiosamente en su etapa como jugador estuvo dos temporadas vistiendo la camiseta rossonera. Ahora, la UEFA ha sancionado con 4 partidos a Gattuso por esa acción (y uno más por acumulación de tarjetas).
El hecho, tan despreciable como susceptible de sanción, ha provocado que muchos salgan a reclamar una dura sanción contra Gennaro Gattuso. No pretendo justificar a Ringhio, pero parece que algunos han obviado todo lo que ha hecho hasta ahora el mediocentro internacional.
Jordan se pasó buena parte del partido provocando desde la banda, un juego, el del insulto, demasiado habitual en el 'calcio'. Sin embargo, todo se fue torciendo para el bueno de Gattuso. Allegri optó por colocar a su lado a Thiago Silva, un central cuya valía como mediocentro es nula. Entonces, Gattuso, un jugador tan discreto técnicamente como buen profesional, se vio en la responsabilidad de llevar las riendas de su equipo.
Superado por la situación, Gattuso empezó a caer en una espiral de ira y enfado. Vio una tarjeta que le impediría estar en White Hart Lane, su equipo perdía un encuentro en el que no mereció tanto castigo y para colmo, Jordan se mofó de su actuación. Que levante la mano quien no comprenda, aunque no comparta, la reacción del '8' rossonero.
Gattuso no pasará a la historia del fútbol por su brillantez, pero su trayectoria y palmarés le avalan. Su carácter se forjó como jugador de rugby (fue convocado con la selección sub-17 italiana) y se acabó de cerrar tras su breve experiencia en la liga más ruda del continente, la Scottish Premier League, con la camiseta del Glasgow Rangers. Sin embargo, a lo largo de su carrera sólo ha visto 5 tarjetas rojas (entre clubes y selección) y estamos hablando de casi 16 años de profesionalismo.
Siempre he creído que el fútbol moderno ha caído en la tiranía de la táctica, algo que ha dado pie a que haya jugadores como Gattuso o Lass Diarrá. El italiano, como otros tantos 'trotones', son futbolistas que no gustan fuera de Italia, pero eso no debe ser causa para hacer de él un enemigo público. La UEFA ya le ha castigado, que no lo haga más la opinión pública.
Zlatan Ibrahimovic marcó los goles del Milan contra el Auxerre (2-0) en la primera jornada de la Liga de Campeones y, posteriormente, no tuvo reparos en ponerse 'gallito' ante Arrigo Sacchi, que comentaba el partido para una televisión italiana. Básicamente, al delantero sueco no le gustan los comentarios que el ex entrenador transalpino hace sobre su juego.
En marzo de este año, Sacchi manifestó en Onda Cero que el Barça y Guardiola se habían equivocado fichando al futbolista. Desde entonces, Zlatan se la tiene jurada a Arrigo, quien se quedó de piedra al escuchar advertencias que Ibrahimovic le transmitió al término del Milan-Auxerre. 'Ibra' se calentó y le mandó varios recados lingüísticos que no tienen desperdicio. ¿Tuvo una actitud adecuada?
Marcos Blanco
marcos@gentedigital.es
Publicado el 17 de septiembre de 2010 a las 10:45.
Cómo han cambiado las cosas en Nervión. Hace cinco años, el Sevilla se marcaba como objetivo acceder a la otrora Copa de la UEFA. En el segundo torneo continental vivió el equipo hispalense algunas de sus mejores noches: la remontada en Donetsk con gol de Palop incluido, el tanto milagroso del malogrado Antonio Puerta ante el Schalke, las finales de Eindhoven y Glasgow...ahora, la Europa League se ve como un premio menor.
Después de unos años de éxitos y de sentirse un 'grande' de este país, el Sevilla se ve abocado a disputar la Europa League tras caer de forma estrepitosa en la fase previa ante el Braga. El conjunto portugués es un bloque consolidado, pero más de uno en el club hispalense vería que ese lobo no era tan fiero después de la goleada por 6-0 del Arsenal en la Liga de Campeones. Un resultado para reflexionar, tanto en Braga como en Sevilla.
Esta noche visita el Sánchez Pizjuán otro histórico venido a menos, el Paris Saint Germain. No parece suficiente reclamo como para que la 'Bombonera de Nervión' presente sus mejores galas. No tiene el 'glamour' de la Champions, pero a lo mejor este es el peaje que tiene que pagar el Sevilla para volver a estar entre los grandes.
Tan cerca y tan lejos. El FC Barcelona está a noventa minutos de poder disputar una nueva final de la Liga de Campeones, pero para ello deberá remontar el 3-1 de la ida que coloca al Inter con cierta ventaja. El Camp Nou se llenará para la ocasión. En la previa, los jugadores azulgrana han pedido el apoyo de sus seguidores a través de camisetas y a través de la prensa.
Para estar en la final del Bernabéu, el Barcelona deberá aprender de los errores del Giuseppe Meazza. Mourinho prepara una tela de araña en defensa en la que Messi, Xavi y compañía se pierdan y propicien que el Inter muestre su mejor arma: el contragolpe. Para ello, Mourinho contará finalmente con el holandés Wesley Sneijder que acabó tocado el partido de Liga ante el Atalanta.
Enfrente estará el Barça que sufrió la peor derrota de la era Guardiola en la ida. Ahora, con propósito de enmienda y el público de las grandes noches europeas azulgranas de su lado, los culés intentarán asomarse a la que sería la final del morbo. No va más.
La semifinal del morbo. Así podría denominarse una eliminatoria que tiene tantos alicientes como para poder decir que es una final anticipada, sobre todo si se tiene en cuenta que el equipo que salga ganador llevara el cartel de favorito en la final del Bernabéu.
Ambos equipos ya se vieron las caras en la fase de grupos. Lejos de parecer un antecedente fiable, el propio Mourinho ha salido al paso con unas declaraciones en las que ha afirmado el Inter "ha mejorado desde el mes de noviembre". Parece que el portugués está en lo cierto. Los jugadores neroazzurri han asimilado mejor las creencias del técnico de Setúbal y, a pesar, de haber perdido el liderato de la Serie A, da una sensación de solidez como dejó patente el pasado viernes ante la Juventus.
Apostar por unos onces iniciales de cara a este partido parece muy osado. Mourinho podría colocar a Maicon como interior derecho y reforzar la defensa con algún jugador que no tenga obligaciones ofensivas. Parece más difícil que Diego Milito, Eto'o y Pandev compartan línea de ataque como en los últimos partidos. Quien sí será de la partida es Wesley Sneijder, uno de los jugadores más importantes de este equipo.
Todas estas armas serían válidas para derrotar a cualquier equipo, pero enfrente estará el actual campeón de Europa y el máximo favorito para revalidar la corona. Dos estilos frente a frente con una sola misión: estar el 22 de mayo en el Bernabéu.
El míster te mira. ¿Vas a salir?, dice. Desde el banquillo, uno también juega su particular partido. Hablas, organizas, gritas, sufres, encestas, tiras a portería, sueltas un revés o cambias de marcha al llegar a la curva más peligrosa del circuito. No eres el protagonista ante las cámaras, pero te sientes vivo porque eres un loco del deporte. El deporte mueve masas y es un gran espejo para el ser humano que busca emociones fuertes y no entiende de límites.